jueves, 11 de agosto de 2016

Perséidas

Salgo descalza como cada noche a regar el patio. La Luna me guiña el ojo encima de los tejados. Como todas las noches busco Sirio, luego Orión con su cinturón e Ingolube, el Dragón, Casiopea… ahí están la Osa Mayor y la Osa Menor, y las Perséidas, que caen sobre el manto oscuro. Me pregunto cuántas personas hoy miran al cielo en busca de una de esas Perséidas, y se olvidan de mirarlo cada noche, sin saber que el cielo es siempre un espectáculo maravilloso. Riego las plantas, le guiño el ojo a Sirio, y regreso dentro, maravillada de la existencia, sabiendome afortunada por no tener que mirar al cielo sólo en un día especial.

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