lunes, 1 de agosto de 2016

Cuando la Diosa llega

Cuando la Diosa decide que ha llegado el momento de llegar, ya no hay nada que puedas hacer, decía un viejo amigo. Y tiene razón, porque ayer lo viví en mis carnes, después de un periódo largo de oscuridad, Ella llegó portando Su antorcha de luz, Rompedora de las cadenas que ataban. Sin piedad, haciendo honor a su título Brimo. Y es que, me he pasado la vida diciendo que no hay peor ataque el que autoimpuesto, o peor daño y distancia que los malentendidos; pero me olvidé de que sí hay personas con intenciones perversas, o a veces no perversas, pero sí dañinas, que por alguna razón, deciden tomarla con uno u otro.

Pero la Diosa no abandona a ninguno de sus hijos, como tampoco nos permite caer indefidamente. Puede que porque llevo unas largas semanas, recorriendo sus pasitos por los textos griegos y latinos, o porque estas semanas la he tenido más presente que de costumbre, si eso es posible, pero la realidad, es que llegó arrasando por todos los rincones de mi casa, mientas me hablaba en todas las partes de mi ser.

El trance, que a veces es tan dificil de soportar, era liviano, pero fuerte, porque se quedaba en mi todo el tiempo, y por mucho que luchaba por volver, las palabras brotaban sin control. Para mi y para otros, pero es lo que tiene estar sola, no recuerdo casi nada. Y aunque puse a grabar el audio, curiosamente no se registró nada… Cosas que pasan, diría mi amigo K.

Lo que me queda claro, es que Ella sabe cuándo, dónde y cómo. Y cuando llega, LLEGA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario